Muchos de nosotros estamos tratando de llevar vidas más saludables, e incorporar más granos integrales en nuestras dietas es una excelente manera de hacerlo. Sin embargo, convertir recetas de harina blanca refinada a harina integral suele ser más fácil de decir que de hacer. Hay muchos factores a considerar, como el tipo de receta, la textura de la harina e incluso el clima en el que vives. ¡Pero no dejes que eso te desanime! Puede convertir con éxito sus recetas favoritas en harina integral con algunos consejos y trucos.
Elija la textura de harina adecuada
Al elegir su harina integral, la textura es importante. La textura fina o media afecta la cantidad de harina necesaria y la textura final de sus productos horneados. Para la harina de pan, elija una textura media. Esto le dará la cantidad correcta de gluten para crear una buena estructura para su pan.
Almacene su harina correctamente
Una vez que haya molido sus granos y legumbres en harina, es importante almacenar la harina sobrante correctamente para conservar tantos nutrientes como sea posible. Refrigere o congele la harina para mantenerla fresca. La harina se puede almacenar hasta dos semanas en el refrigerador o hasta tres a seis meses en el congelador.
Experimente con mezclas de harina
Intente mezclar granos de tamaño similar para obtener los mejores resultados al moler la harina. También puede experimentar con una variedad de mezclas de harina para agregar variedad, sabor y textura a sus recetas.
Conozca sus tipos de trigo
¡No todo el trigo es creado igual! El trigo blando es excelente para pasteles, galletas, muffins y otros productos horneados, mientras que el trigo duro es esencial para los panes de levadura. La harina de trigo duro es más rica en proteínas que la harina de trigo blando, lo que la hace perfecta para crear la estructura necesaria en los panes de levadura.
Convierta sus recetas con confianza
Para convertir una receta de harina blanca a harina integral, reemplace cada taza de harina blanca con ¾ a ⅞ taza de harina integral dura o ⅞ a 1 taza de harina blanda. Las harinas integrales absorben más líquido que la harina para todo uso, por lo que es posible que deba aumentar el líquido requerido en la receta en lugar de usar menos harina.
Cuando haga recetas con levadura en polvo, aumente el polvo de hornear en 1 cucharadita por cada 3 tazas de harina de trigo integral. No es necesario ajustar las recetas que contienen bicarbonato de sodio.
Mezcla tus masas con cuidado
Cuando haga pasteles, muffins o galletas, evite mezclar demasiado la masa. Mezclar demasiado puede causar el desarrollo de gluten y hacer que sus productos horneados se vuelvan duros.
Aligera tus masas
Para aligerar cualquier masa que contenga huevos, como panqueques, gofres o pasteles, puede optar por separar los huevos y batir las claras hasta que estén rígidas. Agregue las yemas de huevo a los ingredientes líquidos e incorpore las claras de huevo batidas a la masa justo antes de hornear.
Agregue huevos adicionales a los panes rápidos
Se puede agregar un huevo adicional a los panes rápidos, como el pan de maíz o el pan de plátano, para ayudarlos a subir un poco más.
Incorporar harinas de frijol
Las harinas de frijoles brindan proteína extra y se pueden agregar en pequeñas cantidades a cualquier producto horneado. Puede reemplazar hasta el 10%-25% de la harina de trigo en sus recetas con casi cualquier harina de frijoles, guisantes o lentejas. Cuando se muelen en harina, los frijoles secos, los guisantes y las lentejas se pueden usar para salsas, sopas y agentes espesantes en guisos y guisos en lugar de harina de trigo, haciéndolos sin gluten.
Transición Gradual
Agregue granos integrales a su dieta gradualmente para ayudar a que las papilas gustativas y los sistemas digestivos de su familia se ajusten. Comience reemplazando el 25 % (o menos) de la harina blanca en sus recetas favoritas con harina integral. Aumente gradualmente hasta un 50 % de harina integral, y así sucesivamente.